Sunday, July 15, 2012

Biósfera con aroma a café y nuez maya


La Prensa

"Dos microempresas lideradas por mujeres esperan 
dar a conocer al mundo sus productos cultivados"
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La Prensa
Olancho
La biósfera del Río Plátano no solo ofrece una belleza natural impresionante, sino también es un ejemplo de trabajo que generan dos grupos de mujeres que se han organizado en microempresas para producir café orgánico y elaborar pan de masica o nuez maya.
En la comunidad de Las Marías, en Dulce Nombre Culmí, departamento de Olancho, catorce mujeres se unieron desde el año 2005 para apoyar a sus esposos en el rubro del café y ahora procesan uno de los cafés de altura de mejor calidad: el café Río Plátano.
En la aldea El Guayabo, municipio de Iriona, Colón  muy cercana a Dulce Nombre de Culmí, nueve mujeres procesan la semilla de masica o nuez maya  y preparan una diversidad de platillos que no solo satisfacen el paladar de sus familias, sino que les ayuda a mantener el secreto de la energía y salud para una larga vida.
La visión emprendedora de estas mujeres marca la diferencia en estos poblados que se encuentran postergados y en el olvido, donde solo cuentan con el apoyo de la cooperación alemana a través de Prorena (Fomento del Manejo Sostenible de los Recursos Naturales y Desarrollo Económico Local), el Ihcafe (Instituto Hondureño del Café), y el ICF (Instituto de Conservación Forestal), quienes las han capacitado y les abren puertas para comercializar sus productos.  Su mercado por ahora se limita a los departamentos de Olancho y Francisco Morazán, pero estas microempresarias no pierden la fe de llegar a todo Honduras y abrir fronteras para que el café Río Plátano y el pan de nuez maya sea conocido a nivel nacional e internacional.
Estas mujeres tienen grandes retos, quieren consolidar sus microempresas e integrar a nuevas socias de la comunidad que les ayuden a impulsar sus productos.
Su faceta como microempresarias no hace que dejen sus responsabilidades en el hogar y en la crianza de sus hijos.
La mayoría de ellas han viajado a diversos eventos nacionales e internacionales y dentro de sus planes contemplan exportar el café y pan. Saben que apenas comienzan, pero desde ya se trazan las metas para no dejar morir un proyecto que no sólo ha mejorado la economía de sus familias, sino que les ha cambiado la vida.
La mejor herencia que dejaron los mayas a los pobladores de Olancho es el árbol de masica, convertido en el tesoro más preciado de las mujeres de la aldea El Guayabo.
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