Monday, October 28, 2013

  Honduras atrae a miles de turistas 'sociales'

Jóvenes extranjeros visitan Honduras durante sus vacaciones para servir

La Prensa
Honduras tiene playas hermosas, bosques exóticos y tesoros arqueológicos como las Ruinas de Copán que atraen a miles de turistas. Sin embargo, hay extranjeros que ven en la tierra catracha otro tipo de belleza: las comunidades rurales, algunas sin agua, con escuelas de madera, con niños descalzos y familias en chozas.
¿Por qué pasar en las vacaciones de verano en estos rincones sin hoteles de lujo, sin bares, restaurantes o siquiera internet? Sencillamente porque en esos rincones olvidados ellos ven la valiosa oportunidad de ayudar.
A este tipo de actividad, en Honduras, se le interpreta como turismo social. Según la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh), a nivel nacional hay alrededor de 137 asociaciones sin fines de lucro que gestionan la visita de este tipo de turistas extranjeros.
Basados en el documento “The economic impact of Social Tourism in Honduras”, de Marco Cáceres, Project Honduras, la Canaturh estima que cada una de estas organizaciones envían cada año de 10 a 20 personas, las cuales permanecen en el país de 7 a 14 días.
Aunque la misión de estos turistas sociales es aportarle algo al país, lo cierto es que “esto representa un costo promedio por persona de $600 a $ 750, si su estadía es de 7 días, y aumenta a $1,200.00 a $1,400.00 si se prolonga a 14 días”.
Dichos gastos corresponden a servicio de alojamiento, alimentación, transporte y propinas, pero “no se toma en cuenta el gasto que hacen los turistas en las compras de souvenir ni visitas a centros de recreación”.
De esta manera, estos valiosos extranjeros donan su tiempo, sus talentos y sus conocimientos a las comunidades necesitadas, pero a la vez le generan ingresos al sector turístico.
ROL SOCIAL
El vicepresidente de la Canaturh, Manuel Fúnez, explica que “podría interpretarse como un turista social aquel que viene no solamente a conocer sino a dejar algo de sí”.
A criterio de Fúnez, Honduras tiene un gran potencial para el turismo social, precisamente por las enormes necesidades que en materia de educación, salud, vivienda e infraestructura se observan en las comunidades rurales.
“Este turismo social va combinado con el turismo de ocio; estos grupos que siempre vienen a apoyarnos socialmente en las comunidades necesitadas, que vienen a crear escuelas, a crear centros de salud y a equiparlos, siempre se toman dos o tres días para hacer turismo de sol y playa”.
El vicepresidente de la Canaturh señala que la mayoría de estos turistas son norteamericanos y europeos que escapan del frío típico de sus países para ofrecer su contribución social a Honduras y a la vez visitar Puerto Cortés, Tela, Pico Bonito, La Ceiba, Parque Nacional Cusuco, el Janeth Kawas, Copán Ruinas y Gracias.
Según la Canaturh, “el 10 por ciento de los turistas que ingresan a Honduras anualmente son “Turistas Sociales”.
Dichos extranjeros realizan trabajo voluntario y humanitario, principalmente en los sectores de salud, educación y una variedad de proyectos comunitarios de construcción.
“La oportunidad es sumamente grande, la hemos aprovechado más antes que hoy, porque hoy tenemos una situación un poco diferente a años anteriores, que es la inseguridad, pero igual estamos aprovechando prácticamente ese tipo de turismo”, expresa Fúnez.
VOLUNTARIOS
En Tegucigalpa hay 21 organizaciones sin fines de lucro que traen voluntarios al país, entre estas el Centro de Reposo del Adulto Mayor (Ceder), dirigido por el actual titular de la Dirección del Adulto Mayor de la Secretaría del Interior y Población, Francisco Amador.
El funcionario explica que cada año visitan el asilo grupos de jóvenes extranjeros que permanecen en Honduras por uno o más meses.
“Ellos se toman uno o dos domingos para conocer las partes turísticas del país, pero el resto de los días los usan para servirles a las personas que tanto lo necesitan”, explica el entrevistado.
“A unos les gustan los niños, a otros los ancianos, a otros las personas con discapacidad. Todo depende de lo que les guste y en segundo lugar, su protección, que es muy importante”.
El doctor Amador, a su vez, él ha practicado el turismo social a lo largo de su vida, al recorrer Europa y Canadá prestando sus servicios voluntarios en asilos, hospitales y cárceles.
“A mí me tocó hacer mi turismo social en diferentes partes, por ejemplo en Europa, en Canadá, conociendo los diferentes centros donde iba a servir, bueno, esa es mi vida”, comenta el funcionario.
MISIONEROS
Otra organización que gestiona la visita de este tipo de turistas es el Ministerio Monte de Sión. La institución cristiana trae cada año a unos 300 misioneros estadounidenses que permanecen en el país durante tres meses para trabajar como voluntarios en hospitales, refugios de alcohólicos, asilos de ancianos y centro de menores en riesgo social.
El pastor Armando Meza, coordinador del ministerio, explica que “son jóvenes estudiantes que vienen de diversos estados de Estados Unidos; este ministerio tiene su sede en Atlanta, Georgia, y ellos están mandando misioneros por diversos países”.
Según dice, actualmente hay en Tegucigalpa un grupo de 60 jóvenes, quienes también realizarán labores voluntarias en Choluteca y otros sectores del país, para posteriormente viajar a Tailandia y Africa.
“No ha habido tiempo para pasear porque cuando ellos vienen, vienen a servir, sin embargo, el fin de semana pasado ellos estuvieron en Valle de Angeles y esta semana  que viene estaremos en Choluteca, El Triunfo, en Cedeño, para que ellos también sepan cómo es el turismo en Honduras”.
La organización ProjectHonduras estima que los turistas norteamericanos y europeos gastan un promedio de 175 a 200 millones de dólares al año en Honduras, sin tomar en cuenta el valor de los servicios que los turistas sociales proporcionan al país en forma gratuita. (CF)

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